En esta ocasión, hablamos de los diferentes tipos de pantallas que pueden tener nuestras lámparas, es decir, de como limpiar esta parte fundamental en función del material con el que estén fabricadas.
Lo más importante es la frecuencia y la profundidad con las que limpiamos la pantalla de una lámpara, pues de estas dos características dependerá que la luz se refleje de manera perfecta. Hay que tener en cuenta que la calidad lumínica de una lámpara va a ser directamente proporcional a la suciedad acumulada en su pantalla.
Pantallas de plástico y de vidrio: Para que luzcan siempre su mejor aspecto es necesario que sean lavadas con un detergente suave y enjuagarlas con abundante agua. Después secaremos con un paño de manera suave para que luzca como el primer día.
Pantallas de pergamino: Con un trapo seco o un plumero quitaremos el polvo. En el caso de que presente alguna mancha lo mejor es pasarle una goma de borrar con mucho cuidado.
Pantallas de seda: Este material hay que tratarlo de manera adecuada para que no se acabe estropeando puesto que es muy delicado. Si la limpieza no se hace correctamente podemos dañarla de manera irreparable. Quizá el mejor consejo en este caso es que lo dejéis en manos de profesionales.
Pantallas de mimbre: Utilizaremos una aspiradora para eliminar el polvo, el cual se acumula rápidamente en este tipo de material por lo que va a ser necesario que sean limpiadas con cierta frecuencia.
Pantallas de tela: Son las más comunes y también las más fáciles de limpiar. Para dejarlas como nuevas utilizaremos los mismos productos que usamos para limpiar los tapizados de nuestros muebles. No lo metáis en la lavadora a no ser de que estéis muy seguros de como hacerlo, ya que puede ser que encoja y entonces puede hacerse imposible que vuelva a encajar en la estructura de la lámpara.
Pantallas de papel: Simplemente pasa con cuidado un trapo seco por su superficie, pero seco, cualquier resto de humedad podría estropear la pantalla.
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